“Hay 900.000 especies acuáticas, 2.000.000 de vegetales, 1.100.000 de insectos y reptiles, 1.000.000 de aves, 3.000.000 de bestias de cuatro patas, y 400.000 especies humanas”.
Nosotros vivimos en un ambiente que está afligido por serias concepciones erróneas (la principal es considerar que somos este cuerpo), malos entendidos, el extravío y el mal comportamiento . ¿Cómo podemos determinar lo que es bueno y lo que es malo, a qué debemos aspirar y qué debemos rechazar? Innumerables alternativas han apretado a la multitud y han llegado a influenciarnos. Y cuando esta área, cubierta por la ilusión e influenciada por las malas interpretaciones, esté llena con tal diversidad, ¿cómo podremos tener la esperanza de conocer el Mundo Espiritual Infinito? ¿Con qué actitud deberemos acercarnos a ese reino que es trascendental, más allá del reino de los sentidos y de la mente?

Estamos en medio de fuerzas diferentes que nos arrastran atrayéndonos en direcciones diferentes, así, un guía apropiado, es lo más importante para nosotros. Si aceptamos instrucciones de todas partes, seremos mal dirigidos. Por lo tanto, debemos ser muy cuidadosos para conseguir la dirección apropiada.
Guiados apropiadamente no sentiremos miedo por ninguna circunstancia adversa. Nuestro karma viene para enfrentarnos, para rodearnos y no lo podemos evitar. Estas perturbaciones son un resultado de nuestro propio karma; ellas vienen de dentro de nosotros. Así que debemos pelear. Debemos actuar apropiadamente en su trato.


Dronacharya fue el maestro de armas, el Astraguru, de los Pandavas. Cierto día, mientras examinaba el progreso de sus discípulos, colocó un pájaro artificial en la copa de un árbol. Pidió que los hermanos vinieran uno por uno e hicieran puntería, Yudhistira se aproximó. Dronacharya le dijo:
- Prepárate para golpear ese pájaro. ¿Estás listo?
- Sí.
- ¿Qué ves?
- Veo el pájaro.
- ¿Algo más?
- Sí, los veo a todos ustedes.
- Vete.
Entonces otro de los hermanos se aproximó. Dronacharya le dijo:
- Dispara al ojo del pájaro. Éste debe ser marcado por tu flecha. Apunta. ¿Qué ves?
- ¿Algo más?
- Sí, también veo el árbol.
- ¡Oh! Vete.
Entonces vino Arjuna. Dronacharya le dijo:
- Prepárate.
- Sí, mi señor, así lo he hecho.
- ¿Ves el pájaro?
- Sí, lo veo.
- ¿El árbol?
- No.
- ¿Ves el cuerpo del pájaro?
- No.
- ¿Qué ves?
- Solamente la cabeza.
- ¿La cabeza entera?
- No.
- ¿Qué ves?
- Sólo el ojo.
- ¿No puedes ver nada más?
- No puedo ver nada más.
- ¡Sí, mi muchacho, dispara tu flecha!
Deberíamos tener esta clase de propósitos en nuestra vida: Hacerlo o morir. Un sólo objetivo. Cualesquiera que sean las circunstancias que puedan venir a atemorizarme, no me atemorizaré. Si mis propios hombres parecen ser mis enemigos, eso no importa. Mi propiedad es sólo Él. Y Él no puede tolerar que alguien se convierta en Su socio. Él es Absoluto. Él es mi poseedor Absoluto. Él no tolera ninguna clase de sociedad allí. De esta manera, tengo que ir donde mi conciencia espiritual me lleve. Por la voluntad de Dios, los amigos se pueden convertir en enemigos. Los enemigos se pueden convertir en amigos, pero yo debo permanecer firme en mi ideal. Si soy de una naturaleza progresiva, entonces tiene que haber eliminación y también nuevos comienzos. No podemos evitarlo en el curso de nuestra realización espiritual.
La Ciencia Confidencial del Bhakti Yoga
Srila B. R. Sridhara Maharaj
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