martes, 7 de diciembre de 2010

¿QUIEN ERES? ¿CUAL ES TU FUNCION?




La naturaleza eterna de una cosa, es su eterna función. La naturaleza de algo se desprende desde su mismo constituyente o de lo que la hace ser lo que es. Cuando Dios desea formar una cosa, una naturaleza concomitante va de la mano con la formación de ésta, y tal naturaleza es su eterna característica.

Cuando tal cosa es contaminada debido a algunos eventos inesperados o se pervierte por tener contacto con otras cosas, entonces su naturaleza también se pervierte o cambia. Este cambio o hábito pervertido se incrementa con el paso del tiempo al acompañar a la cosa con su apariencia y unirse a la naturaleza original y eterna de ella. Pero la apariencia no es su verdadera realidad o identidad. Este cambio o perversión no es innato o congénito en la cosa sino accidental o casual, y puede ser pasajero o le puede dar su sello a la cosa.


Por ejemplo, el agua que es una cosa y cuya propiedad natural es su liquidez. Cuando le acontece un cambio que la transforma en hielo, la solidez o rigidez se vuelven su propiedad accidental o causal; y ésta coexiste con su verdadera naturaleza. Pero es un hecho que lo causal o accidental tienen como origen algo temporal y no eterno, que se desvanece con la desaparición de su causa. Sin embargo, la naturaleza que surge en el momento de la conformación de la cosa es eterna y permanece latente aun cuando se encuentre pervertida o cambie; porque con el transcurrir del tiempo y debido a circunstancias favorables, la naturaleza de la cosa puede asumir su carácter original sin lugar a dudas.

La naturaleza eterna de una cosa es su función eterna; y su accidente es su proceso causativo. Quien está bien versado acerca del conocimiento de alguna cosa, entiende adecuadamente la distinción entre la naturaleza real y la naturaleza causal de la cosa; y quienes están desprovistos de tal conocimiento, consideran lo accidental como real.

Así, aquello que existe tiene un significado de dos clases, es decir, real o irreal. La cosa que es real, es trascendental. Y las cosas irreales, junto con sus atributos, son mundanas. Las cosas reales tienen existencias eternas, y las cosas irreales tienen nombres, formas y apariencias de existencia; la cual es de alguna manera real, pero también aparente.

El Señor Supremo es la Única Cosa Real; Su parte separada es conocida como alma individual y Su potencia externa es conocida como energía material (o energía ilusoria temporal). Por lo tanto la cosa real, denota tres objetos denominados como el Señor Supremo, el alma y su energía externa. Conocer sus mutuas relaciones es conocimiento puro.

La cualidad especial que caracteriza la cosa real es su naturaleza. El alma es un objeto eterno y su naturaleza es espiritualmente eterna.

La naturaleza eterna del alma es servir siempre al Ser Supremo.  El alma es una porción de la potencia de Dios, la cual existe simultáneamente como entidad distinta y no distinta de Él. Cuando ella olvida a su Señor, se vuelve adversa a Su servicio.  Por este acto de aversión a Dios, ella es encontrada culpable por la energía ilusoria o potencia externa del Señor Supremo, y por ello, lanzada dentro del vórtice de las relatividades terrenales de aflicción, miseria, engaño, etc., a objeto de cumplir sus deseos de enseñorearse de la energía de Dios.

El Ser Supremo (Dios) es el Absoluto Trascendental, y el Autorrefulgente Sol Espiritual de la Morada Trascendental; las almas son los innumerables rayos que emanan del Sol Dios, las cuales son Sus partes atómicas espirituales.

Dios es el Todo Trascendental y las almas son las partes atómicas del Todo; ambos son similares respecto a la cualidad de la conciencia o animación, mas diferentes y eternamente distintos en cuanto al aspecto cuantitativo. Uno es el Total y las otras son Sus partes; Uno es Infinito y las otras infinitesimales.

Dios es el Señor Eterno de las almas, quienes son Sus eternas siervas debido a su naturaleza esencial. El Señor Supremo es la Eterna Atracción y las almas son atraídas por Él. Dios es el Gobernador Supremo del Universo y las almas son las gobernadas. El Ser Supremo es el Señor que observa y las almas son observadas. El es el  Todopoderoso Ser Supremo y las almas son impotentes en comparación a menos que sean apoderadas por Él. Así, el servicio eterno aunada con la obediencia a Dios, es la naturaleza eterna o religión natural  del alma.

 El servicio a Dios es la naturaleza eterna del alma, pero su función eterna  ha sido pervertida desde su entrada en este plano tridimensional debido a su olvido, y cuando llega a tener contacto con la potencia ilusoria, su naturaleza pervertida prevalece dando lugar a que se manifieste su función causal o accidental. La Función Eterna es Una y Pura, mientras la función accidental asume variadas formas bajo diferentes circunstancias, y nos hace pensar que somos el cuerpo, hombre o mujer, o de tal nacionalidad, con tal título profesional, con ciertos padres, hijos, hermanos, esposos, los cuales todos serán temporales.

Cuando el alma es consciente de su función natural es Feliz y plena, cuando olvida su naturaleza se confunde por la ilusión y su existencia se vuelve miserable, como el pez fuera del agua, fuera de su hábitat.

(Adaptación del Libro Jaiva Dharma “Las funciones del Alma")
Srila Bhakti Vinod Thakur


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